Alba Molina

Alba Molina

Estilo: Flamenco/Copla


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Alba Molina

Alba Molina es la hija de la pareja artística Lole y Manuel, renovadores indiscutibles de la música flamenca y descenedientes de familias de gran raigambre flamenca, los Molina (guitarristas) y los Montoya (cantaoras y bailaoras).

Su último disco es Alba Canta a Lole y Manuel, que como ella misma ha señalado, “posiblemente es el disco más flamenco que jamás haré”. También es, sin lugar a dudas, tras la reciente desaparición de Manuel Molina, su padre, el disco más sentido y personal de toda su trayectoria.

Alba Molina editó su primer disco (Despasito) en 1997, con la colaboración de su padre y de su entonces compañero, Alejandro Sanz, con el que se hizo con el premio "Artista revelación" en los Premios de la Música y alcanzó las 50.000 copias vendidas. Desde entonces han pasado casi 20 años, en los que se sucedieron diferentes etapas y proyectos artísticos, primero con su paso por Las Niñas y posteriomente colaborando con artistas tan diversos como Jorge Drexler, Alejandro Sanz, Pedro Guerra, Navajita Plateá, Dorantes, Pereza, O´funk’illo, sumergiéndose en estilos musicales tan diversos como el pop, el bolero, ritmos brasileños y caribeños, jazz fusión o el flamenco.

Alba Molina busca el calor de la cuna, de sus ídolos como músicos, de su alimento personal y profesional y asume el que será sin duda, uno de los mayores retos de su vida, cantar a Lole y Manuel. Un reto que le lleva de entre toda una discografía, a elegir 11 temas por una única razón, las vivencias, emociones y recuerdos únicos que de ellos tiene. Once temas a voz y guitarra, sin más artificios, desde el respeto y humildad que requieren, grabados sin retoques, fiel a las antiguas grabaciones de Lole y Manuel, con la única compañía de su familia a las palmas (Angelita Montoya, Carmelilla Montoya, “Lole”) y Paco Vega (hijo).

El encargado de acompañar a Alba en este viaje es la guitarra de José Acedo. Admirador y estudioso de la guitarra del maestro, enamorado de la naturalidad, la humildad y el compás de su toque. Leal hasta el punto de realizar la grabación con una guitarra de palillos del propio Manuel Molina. Once temas que han unido a generaciones a través de un hilo invisible que hila e hila en la piel, los oídos y el corazón.