Con dos millones de discos vendidos y más de tres mil conciertos dados, Celtas Cortos son unos clásicos de la música atlántica como vehículo de compromiso y vitalidad

Casi treinta años después de la eclosión que supuso “Gente Impresentable” (1990), primero –su segundo álbum-, y “Cuéntame un Cuento”, al año siguiente, en 1991, el grupo vallisoletano Celtas Cortos mantiene sus señas de identidad, una música festiva y hedonista de base céltica, ideal para disfrutar y evadirse entre efluvios etílicos, que no olvida su compromiso social y arremete contra la corrupción política, reivindicando un espacio necesario para la ecología y para las conquistas del estado del bienestar tan mermadas tras años de crisis y recesión.

En el repertorio de sus conciertos rescatan siempre algunos de sus grandes éxitos, esas canciones que todos sus fans se saben de memoria como 20 de Abril, La Senda del Tiempo, Cuéntame un Cuento, Alabama’s, El Túnel de las Delicias, Salida de Emergencia, Qué Voy a Hacer Yo, El Ritmo del Mar…

En 2018 editaron su último disco "Energía Positiva", producido por Fernando Montesinos y formado por 12 temas inéditos con los que consiguieron emocionar y llenar de alegría nuevamente a sus seguidores.

Los doce temas que componen su anterior disco, Contratiempos (2014), no se apartan del sendero que marcaron en sus comienzos mezclando rock con música celta y otras tradiciones folk –se atrevieron incluso con una muñeira-. Como es costumbre en ellos, contiene un par de cortes instrumentales, y otros grabados con el apoyo de la Banda Sinfónica del Conservatorio de Valladolid.