Se llama Gata Cattana y además de cantante de rap se considera poetisa. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Granada, -por ello dio sus primeros pasos como artista en nuestra ciudad, aunque ahora viva en Madrid- y dice sentir predilección por la obra de Pedro Salinas. Se dice que su rugido es fiero, a pesar del apelativo de gata, así que mejor será no confiarse. Lo cierto es que combina un lado salvaje y otro sensible, o al menos así lo reconoce ella. Cree en el rap y considera que, además de hablar de putas y de drogas, como hacen muchos de sus correligionarios masculinos, puede servir para cambiar el mundo, aunque solo sea el pequeño mundo que la rodea.

Durante su etapa granadina era frecuente verla en los concursos conocidos como Slam Poetry, que ganaba de manera arrolladora, porque para ella rap y poesía son dos caras de la misma moneda creativa. Por eso no le resulta extraño mencionar a un poeta de la Generación del 27 en la misma frase en la que reconoce la influencia de Elphomega, de Solo Los Solo, de Tremendo o de Hablando en Plata, pilares del hip hop español. O a Dellafuente, el trapper granadino. Ha sido comparada con La Mala Rodríguez pero ella despacha la comparación sin contemplaciones y sin pelos en la lengua, atribuyéndola a la falta de imaginación del que la haya hecho. “Además de que las dos somos mujeres y andaluzas, no tenemos nada que ver”.